Comparemos

Por mucho que nos quejemos acerca de la construcción de este muro de hormigón, no podemos negar la gran originalidad que el Ayuntamiento presenta con esta construcción.

Es decir, cuando a los niños pequeños se les pregunta qué es un paseo fluvial, o un paseo del río, suelen imaginar un camino, de tierra o asfalto, que pasa junto a un río. Obviamente, el Ayuntamiento, cansado de estas "anticuadas" ideas, ha decidido convertir el paseo fluvial del Henares por su paso por Nueva Alcalá y Tabla Pintora en algo más nuevo, más "ladrillizado": una simple y triste calle más.

Como ejemplos, podéis ver estos "anticuados" y obviamente mucho menos agradables paseos fluviales; en Bertamiráns, sobre el río Sar.

Un paseo ancho, de tierra, con una valla de madera y lo que parece un bajo muro de piedra.

Pero eso sí, la valla en la parte que da al río; el muro, en la parte contraria.

¿A quién se le ha podido ocurrir tal tontería?

También podemos apreciar estos anticuados paseos fluviales en lugares como Villalba.

En este caso, el paseo discurre junto al río, algunos tramos tienen valla de madera, otros no.

Pero suponemos que no es un río tan bravo como el río Henares, supuestamente famoso por ésas riadas que profetizan van a destruir nuestras casas después de treinta años viviendo aquí, sin que nunca se desbordasen en nuestro paseo.

Pero las ideas anticuadas no sólo se quedan en ríos pequeños y ciudades españolas, ¡qué va! Esto llega mucho más allá. Sino, fíjense en Londres.

Allí la valla es metálica. Aunque estamos seguros de que, teniendo en cuenta la anchura de un río como el Támesis, ni siquiera nuestro muro de hormigón podría retirarlo de la vista de los transeúntes.

Una pena que aquí, en Alcalá, el Henares no sea tan ancho como el Támesis y que un simple y feo muro consiga apartar de nuestra vista el río que da nombre a nuestra ciudad, ¿no creen?

Y no hace apenas un mes que nuestro paseo, a pesar de necesitar ser reformado en algunos aspectos, continuaba mostrándonos el río en su plenitud.

Esta fotografía, algo más antigua, muestra perfectamente cómo, desde el balcón de cualquiera de las casas de los vecinos, podía verse el río, no sólo a través de la valla, sino también por encima.